14.6.17
7.6.17
Los atardeceres de Holbox
Soy amante de los atardeceres, en cualquier lugar corro tras ellos y busco un sitio lindo o cómodo dónde poder disfrutarlos, lo he repetido infinidad de veces. Parece un juego y lo hago desde niña. Mi primer recuerdo cazando atardeceres fue en mi casa —una de tantas en donde viví— no importaba si estaba haciendo tarea, a penas veía los rayos dorados del sol corría para verlo. Me sentaba y comenzaba a platicarle al sol sobre cómo iba mi día. Tal vez se lea muy cursi, pero eso hacía a los 8 años, y al parecer no he perdido la costumbre.
Durante mi estancia en Holbox me prometí ir cada día al muelle y ver el sol. Lo logré un par de veces, porque debo confesar que algunos atardeceres me sorprendieron en Punta Cocos y un par más en Punta Mosquito. Hace años la isla ya me había regalado un par de pinturas inolvidables, pero lo que viví en este viaje no puedo explicarlo con más palabras. Cada uno tiene una historia, pero ahora sólo quiero mostrar su belleza, porque también aprendí que las tormentas son necesarias para hacer magia. ¡Disfruten!
14.5.17
Pueblo Mágico de Bacalar (o cómo los pequeños momentos hacen el viaje mochilero)
Siguiendo el relato de mis primeras impresiones en Bacalar contaré sobre Pía, a quien conocí en Bacalar. Ella es de Alemania, pero habla español perfectamente porque estudió en Madrid, así que fue muy gracioso escucharla, era demasiado contraste en una sola persona de 1.80m y totalmente rubia, sus expresiones favoritas eran muy españolas, como guay, maja, o mola. No supo que eso no se usa en latino américa hasta una noche en Mahahual. ;)
8.5.17
Pueblo Mágico de Bacalar: primeras impresiones.
Tomé el autobús alrededor de las 6pm, así que me tocó ver el atardecer en el camino con Drexler de fondo "y que sea lo que sea". Fueron un par de horas introspectivas, como cada ruta en carretera que he tomado en mi vida. El autobús hizo una parada en la estación de Tulum y muchísimas personas bajaron. Parece que es la ruta obligada de todos. (Y quién iba a pensar que volvería varias veces más a ese lugar).
Llegué de noche a Bacalar y casi me quedo en el autobús, porque no, el autobús no se detiene en una central de autobuses, sino que se detiene sólo en medio de la carretera a lado de una caseta y el chofer grita que se ha llegado, si vas dormido y no escuchas, te quedas. Yo estaba viendo mi mapa y sabía que era ese lugar, así que pude alcanzar a escuchar el nombre y grité que bajaba, ya estaba avanzando el autobús, pero lo logré.
2.5.17
Voluntariado en Holbox
Conocí Holbox hace unos años y a pesar de que volví varias veces, siempre quería quedarme más tiempo. Aprovechando que tenía muchas semanas libres, decidí buscar una forma de vivir más días en la isla y sobre todo, ahorrar para seguir el viaje a donde me llevara el viento. Así fue como comencé la búsqueda en páginas de voluntariados y trabajos temporales; encontré Workaway para trabajar en un hostal, al que siempre recomendaba a pesar de nunca haberme quedado. Entre las múltiples actividades que necesitaban, estaba la de fotografiar. No dudé nada y apliqué. Después de un par de mails y preguntas, me aceptaron. Coordinamos la fecha de llegada y un mes después, en febrero, volví a la isla. El primer viaje mochilero y sin fecha de regreso, comenzaba.
21.4.17
Encontrar el amor viajando
Después de unos años, ya no siento desganas, apatía o aburrimiento por conocer personas y comenzar una relación sana. No. De hecho, hace meses dejé ese sentimiento, pero fue hasta que volví de un viaje que lo pensé bien y lo dije en voz alta, sin miedo: Quiero tener una relación estable y para toda la vida. Quiero compartir mi vida.
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