Nunca he pedido ride o aventón como tantos mochileros lo hacen. Siempre ha sido sin la intención. Esa tarde en Cabo San Lucas volvió a suceder.
Al finalizar el viaje, uno de los chicos rescatados comenzó a preguntarme sobre fotografía y por qué viajaba sola. Son extrañas esas primeras preguntas de personas desconocidas. Ellos se bajaron en la marina y yo estaba pensando en bajar en el mismo lugar en el que me subí, pero el señor lanchero, después de haber platicado un rato, se ofreció a llevarme a la estación de autobuses. Acepté.
Al finalizar el viaje, uno de los chicos rescatados comenzó a preguntarme sobre fotografía y por qué viajaba sola. Son extrañas esas primeras preguntas de personas desconocidas. Ellos se bajaron en la marina y yo estaba pensando en bajar en el mismo lugar en el que me subí, pero el señor lanchero, después de haber platicado un rato, se ofreció a llevarme a la estación de autobuses. Acepté.
Cuando cuento esta parte del viaje, me miran con los ojos "saltones" y me llaman imprudente. Acepté subir al auto de un desconocido en un lugar también desconocido. Acá es donde mi intuición me ha ayudado, el señor se mostraba más preocupado por cómo iba a volver sola, antes trató de explicarme qué camión tomar, pero me dijo que hay muchos que se van por calles diferentes y que probablemente me confundiría. Él obvio no confió en mis habilidades para no perderme, por eso se ofreció a llevarme y estaba muy apenado.
Durante el camino me contó sobre su familia, sus hijas, y una semblanza rápida de su vida y de cómo ha visto cambiar a Los Cabos, tanto a San Lucas como a San José, me preguntaba sobre la ciudad y la calidad de vida, sobre los empleos. Tuvimos una platica muy linda, aunque el camino fue muy corto, en menos de 25 minutos ya estaba frente a la estación de autobuses. El señor esperó a que cruzara una avenida y nos despedimos alzando la mano a lo lejos. Era hora de irme. La carretera de noche me esperaba para llegar otra vez a La Paz y yo de nuevo había estado en una situación extraña para todos.
Prometo que en algún viaje más y con valor, alzaré la mano para pedir ride sin vergüenza. Aún no me ha tocado, de una u otra forma termino pagando autobús o se han ofrecido a llevarme. Estoy completamente segura que será curiosa y divertida esa primera experiencia.
Prometo que en algún viaje más y con valor, alzaré la mano para pedir ride sin vergüenza. Aún no me ha tocado, de una u otra forma termino pagando autobús o se han ofrecido a llevarme. Estoy completamente segura que será curiosa y divertida esa primera experiencia.
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