En este viaje medio mochilero improvisado, un día por la mañana recorrí el malecón de La Paz dispuesta a buscar un tour que me habían recomendado para visitar la Isla Espíritu Santo, pero desde que salí del departamento me di cuenta que algo andaba raro, porque no había muchas personas en la calle y pocos autos. Al llegar al hotel de donde parten los tours, me dijeron que se había cancelado todo debido al viento de ese día y que era probable que al día siguiente también se cancelara. Muy triste me alejé del sitio y seguí caminando por el malecón. De pronto pensé ¿Por qué no ir a Todos Santos? Es más, ¿Por qué no visitar Los Cabos? Ya estoy aquí, qué más da.
Llegué a la central de autobuses y compré boleto para ir a Todos Santos. Faltaban diez minutos para salir y habían dos camiones con letreros hacia otros sitios. Como no había desayunado, fui a comprar comida (una tienda dentro de la misma central de autobuses), volví a las bancas a la hora que debía salir y nada sucedía. Se fueron los dos camiones y tuve miedo de que se fuera el mío. Pregunté al personal si había algún retraso con la salida del autobús y de pronto me dijo: "no señorita, ese ya se fue". Mi cara de sorpresa fue grande y dije en voz alta ohpordios. Después pregunté ¿Por qué no avisaron? Estaba aquí a lado. ¿Puedo cambiar mi boleto?, el señor me acompañó hasta la taquilla y le explicó la situación al gerente, él me miró bastante feo y dijo: "¡Cómo no lo escuchaste, si hay altavoces y estabas aquí!", en ese momento interrumpió el señor 1 y nervioso, mencionó un pequeño detalle: "Es que... no lo anuncié en altavoz, sólo grité" (inserten poker face de todos los presentes). ¡Me había salvado! El gerente me dijo que volviera en una hora cuando el próximo saliera.
Aproveché para caminar más por el malecón, mirar el mar y platicar con un policía de turismo muy amable. Él estaba frente al letrero colorido de La Paz y allí sucedió una anécdota (también la encuentran en instagram dando click aquí): Frente a éste letrero se encontraba un policía turístico que controlaba el paso de peatones y automóviles. Pasé tantas veces que terminamos platicando sobre La Paz y sus playas. Antes de irme le pedí que me tomara una foto, pero no sabía lo que me esperaba. El policía no se animaba a darle click presionando fuerte el botón de la cámara y cuando se animó, sólo tomó la mitad del letrero. Estaba por darme por vencida, cuando lo logró y se emocionó mucho. Veinte minutos y un montón de sonrisas después, salió completa la foto. En ese momento una señora se acercó y le dijo: "¿Usted viene con ella o controla el tránsito? Porque ahora quiero que también me tome fotos." Le dio su celular y comenzaron a reír. Aproveché para despedirme y agradecerle.
Por fortuna, dejaron de subir personas y tuve dos asientos para mí solita. Me acomodé, saqué los terribles audífonos, comenzó una canción de Cerati en aleatorio y canté bajito: Siempre es hoy, sos parte de mi ser... Quiero hacer cosas imposibles...♪♪
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