Siempre he sido más nocturna que diurna. Me gusta escribir por la madrugada, en silencio. Hace muchos años ésto era un gran problema familiar, porque mis papás no me dejaban quedarme despierta a altas horas de la noche, pero todo cambió hace 10 años. Encontré amigos nocturnos y soñadores con los que platicaba horas hasta el amanecer, un error ahora que veo mis arrugas prematuras, pero valía la pena. Precisamente así nació uno de tantos blogs que hice, por la madrugada y en silencio total. Ahora me permito unas horas de madrugada cada semana, porque no puedo cambiar mi estilo de vida. Y en esas horas escribo en mis libretas, en documentos que se quedan en la pc o escribo aquí mismo casi arrastrando los dedos para no publicarlo.
La noche me recuerda a los sueños. Aun cuando no duermo, soy de las personas que sueñan despiertas. No puedo evitarlo y amo hacerlo. He de confesar que en los últimos años me he dejado llevar por lo que es socialmente aceptado y he dejado de lado algunas ilusiones. Nunca antes me había pasado, no estando enamorada y feliz. O tal vez no era esa felicidad que quería. No se. Quiero seguir soñando dormida y despierta. Quiero seguir escribiendo por la noche y que las palabras recorran los ojos de más personas, tal vez alguna se sienta como yo, tal vez alguna le asalten las dudas como a mi, tal vez a mi me dejen tirar las cartas al viento y sentir que ya no cargo tanto sobre los hombros. Tal vez alguien me encuentre... en sus sueños.
♪
No hay comentarios.:
Publicar un comentario