Terminé de leerlo un viernes por la tarde. Estuve toda la mañana en pijama, impaciente e impactada cada vez que terminaba un párrafo. Ya no estaba en mi cama. Estaba en Tokio, en una canción de los Beatles, en otro año que no me pertenecía. Estaba en una estación de tren, en un departamento ajeno y lejano. No soportaba la pesadez de los lentes sobre mi nariz, así que sólo aguantaba. Cada vez tenía menos hojas de mi lado derecho y cada minuto que pasaba estaba más confundida que el anterior. El gato me acompañaba, a veces dormía y a veces sólo me miraba desde la ventana.
Al llegar a la última página estaba desconcertada, en una realidad que no era mía. Cerré el libro, miré al techo durante unos minutos y después fui a la regadera. No era yo. Mis lágrimas parecía que no venían de la tristeza sino de la melancolía. Lloré mientras el agua caía sobre mi. Al terminar sólo pude flotar. Pasaron varios minutos hasta que al fin pude incorporarme y salir de casa. No se que fue o que cambió, pero amé mi experiencia con Tokio Blues.
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Creo que a todos nos ha pasado algo similar con ese libro ... yo tambien lo ame jeje
ResponderBorrarCoincido contigo en todo. Ese libro es melancolía pura. Es fantástico, maravilloso, particular, especial, inesperado, etc. En resumen, increíble.
ResponderBorrarHace poco hicieron una película sobre el libro. No te diré mi crítica porque esperaré a que la veas para ver si nuestras opiniones coinciden.
Por cierto, ese libro fue el primero que leí de Murakami y fue con él que aprendí a odiarlo/amarlo por hacer finales tan ambiguos.
Te recomiendo que el siguiente libro de Haruki que leas sea Crónica Del Pájaro Que Da Cuerda Al Mundo. Una obra maestra.
Saludos y un abrazotote. c:
Sin duda ese ha sido uno de los mejores libros que he leído. Sobre todo porque cada canción la conozco y hace disfrutar más la lectura con ese "soundtrack".
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