Cuando supe que trabajaría dentro de un hospital me dio miedo, porque soy muy sensible y me afecta demasiado la tristeza ajena. Un hospital no es bonito, por más blanco, azul y verde que esté. Después de más de un año de estar trabajando en ese pequeño café, me he acostumbrado a convivir con pacientes, doctores, enfermeras y con todas las personas que trabajan en el mismo sitio.
Tengo que confesar que he notado que me he hecho más "dura" con algunas situaciones, ya no lloro por cualquier tontería y trato a las personas por igual, sin sentir lástima por lo que les suceda; ésto no quiere decir que sea una persona fría, es simplemente que he aprendido a que no me afecte demasiado lo que a otros les pasa, porque si no yo estaría muy mal ahora mismo. A veces pierdo la fé en las personas, ya que son más personas maleducadas que personas lindas a las que he tratado, pero después de tres segundos de sacudir mi cabeza vuelvo a creer y les doy otra oportunidad. He atendido a personas que tiran la basura en el piso, que me avientan el dinero, que me gritan porque no hay lo que ellos quieren; hay doctores que desean la muerte de personas que no conocen, doctores con un montón de prejuicios a lado de su título de médico, también están los que presentan a la esposa y amantes sin la menor preocupación, doctores que me cierran el ojo, etc. Y a pesar de todo, sigo creyendo.
Aquí entre nos, a veces he hecho travesuras con las personas maleducadas, así que si su barista les da el café hirviendo, piensen en si lo saludaron y fueron amables al pedir ;) A otras tantas simplemente evidencio su error frente a las demás personas, como con un simple "señorita, el bote de basura se encuentra de su lado derecho" y la chica avergonzada recoje sus sobres vacíos de azúcar y los deposita donde debe ;) Estoy educando a los maleducados jaja.
Definitivamente es un lugar difícil, el día lunes llegué a casa agotada, me tocó ver a una familia completa desgarrándose del dolor de haber perdido a un familiar. Probablemente crean que éso se ve a diario en un hospital, en área de urgencias y sobre todo siendo de traumatología, pero no, por fortuna han sido pocas veces y no, a éso no me acostumbro.
Me quedo con las sonrisas, con los cirujanos dedicados a su trabajo, con los pacientes que aun a pesar de su dolor son amables, con los niños que saben más que yo, con la equidad y compañerismo, con las personas sinceras, con los doctores responsables y con los que ayudan aun estando enfermos. Me quedo con los elogios a mis capuccinos, con la felicidad de personas que dejan el hospital, con los que se detienen a saludar. Sé que somos más. Me quedo contigo.
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Vaya que te dejó una gran experiencia estar todo un año en un hospital. PAra mi es uno de los lugares que no quiero visitar.
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