Debo admitir que me siento bastante grande escribiendo esto, porque recuerdo perfectamente cómo descubrí los blogs en mi adolescencia, pero todo comenzó mucho antes, así que les contaré una historia. Siéntense alrededor de la fogata o de su celular y disfruten de éstas anécdotas de abuelita que comienzan en el año 1997.
1997
En ese año yo ya era un usuario activo en internet, pero a penas era una niña que tenía Encarta, hacía sus tareas en la computadora de su tío y buscaba información en Lycos, aunque no encontraba mucho contenido en español y aún tenía que recurrir a las monografías de papelería. Pasaron dos años y en plena pubertad entraba a salas de chat en LatinChat, usaba Yahoo y tardaba horas para que las imágenes cargaran con el internet por módem que usaba la línea telefónica de mi casa. Incluso conecté un módem externo que encontré en los escombros de unas computadoras viejas. Ese sonido que ahora parece de la prehistoria y que hacía enojar tanto a mis papás era mi momento feliz, qué nostalgia. La función de los "cibercafés" fue primordial, porque tenían computadoras más rápidas y obviamente la velocidad de internet era mucho mejor. ¿Recuerdan los disquetes? Eran un tesoro porque ahí guardaba toda la información necesaria -y no tanto- para mis tareas de la escuela.